¿Por Qué los Niños Tienen Miedo a la Oscuridad?
Durante el desarrollo infantil, los niños empiezan a usar su imaginación con más fuerza. Esta capacidad, que les permite soñar, también puede generar temores. El miedo a la oscuridad en niños aparece normalmente entre los 3 y 7 años, cuando aún no diferencian bien entre fantasía y realidad.
En ausencia de luz, las sombras se transforman en monstruos o figuras desconocidas. Además, la oscuridad simboliza lo “desconocido”, algo que puede asustar cuando el entorno deja de ser visible. Factores como películas, historias o incluso el estrés familiar pueden aumentar esta sensación de inseguridad.
Factores que Influyen en el Miedo a la Oscuridad
- Imaginación activa: los niños pequeños crean historias o imágenes mentales que pueden resultar aterradoras.
- Experiencias previas: si vivieron un susto en la noche, puede asociarse con el miedo a dormir sin luz.
- Falta de rutinas seguras: los horarios irregulares o ambientes tensos aumentan la ansiedad nocturna.
- Influencia del entorno: películas, cuentos o conversaciones con contenido de miedo pueden intensificarlo.
Cómo Ayudar a tu Hijo a Superar el Miedo a la Oscuridad
El acompañamiento de los padres es esencial. No se trata de eliminar el miedo de inmediato, sino de ofrecer seguridad, comprensión y estrategias que fortalezcan la confianza del niño. Aquí te compartimos algunas recomendaciones prácticas.
1. Valida sus Emociones
Evita frases como “no pasa nada” o “eso no existe”. En su mundo interno, el miedo es real. Escúchalo, abrázalo y dile que entiendes lo que siente. Esto refuerza la confianza y evita que reprima sus emociones.
2. Crea un Ambiente Seguro
Coloca una pequeña lámpara de luz cálida en su habitación. Permítele elegir un peluche o “amuleto” que lo acompañe. Estos objetos de apego ayudan a que el niño asocie la noche con sensaciones de protección.
3. Establece Rutinas Nocturnas
Las rutinas generan seguridad. Leer un cuento tranquilo, conversar sobre su día o practicar respiraciones suaves antes de dormir puede disminuir la ansiedad. Además, evita la exposición a pantallas al menos una hora antes de acostarse.
4. Juega con la Oscuridad
Transformar el miedo en juego puede ser muy útil. Pueden hacer teatro de sombras o esconder objetos y buscarlos con una linterna. De esta forma, el niño aprende que la oscuridad no es peligrosa, solo diferente.
5. Refuerza su Autonomía
Reconoce cada pequeño logro. Si logra apagar la luz unos minutos, felicítalo. Este refuerzo positivo le mostrará que puede vencer sus temores poco a poco.
¿Cuándo Consultar con un Especialista?
Si el miedo a la oscuridad en niños persiste más allá de los 8 años, provoca despertares frecuentes, ansiedad generalizada o problemas escolares, puede ser momento de acudir a un tratamiento psicológico infantil en CDMX. Un psicólogo infantil podrá ayudar a identificar la raíz del miedo y brindar estrategias personalizadas para afrontarlo.
Consejos para Padres
- Evita castigar o ridiculizar el miedo, ya que refuerza la inseguridad.
- Utiliza cuentos terapéuticos para abordar el tema de forma simbólica y amorosa.
- Promueve la comunicación constante sobre sus sentimientos y pensamientos.
- Fomenta actividades que fortalezcan su autoestima durante el día.
El miedo a la oscuridad en niños es una oportunidad para enseñar empatía, seguridad y amor. A través del acompañamiento emocional, los pequeños aprenden que no están solos en sus temores y que pueden transformarlos en valentía. Recordá que cada niño tiene su propio ritmo, y lo más importante es guiarlo con paciencia y cariño.
¿Tu hijo atraviesa miedos nocturnos? Un acompañamiento psicológico puede ayudarle a dormir tranquilo y recuperar la confianza en sí mismo.
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