“Los Colores del Corazón: Un Viaje hacia las Emociones”

En un rincón del universo, en un pequeño planeta llamado Emotilandia, vivía una niña llamada Luna. Luna era curiosa y soñadora, siempre dispuesta a explorar, pero había un problema: a veces no sabía cómo se sentía o por qué sentía lo que sentía. A menudo, sus emociones eran como nubes negras que oscurecían su cielo brillante.

Un día, mientras paseaba por el Bosque de los Sentimientos, Luna se encontró con un árbol enorme, cuyas hojas brillaban en todos los colores del arcoíris. De repente, una voz suave y melodiosa salió del árbol.

—Hola, Luna. Soy el Árbol de los Colores del Corazón, y aquí en Emotilandia, cada color representa una emoción. ¿Te gustaría descubrirlas?

Luna asintió con entusiasmo. El árbol agitó sus ramas y, de ellas, emergieron cuatro personajes extraordinarios.

El primero fue Rojo, un dragón juguetón que danzaba con llamas. Tenía una mirada intensa y a menudo reía fuerte.

—Soy el guardián de la Rabia —dijo Rojo—. La rabia puede parecer aterradora, pero es importante que la escuches.

Luego apareció Azul, una suave hada de piel brillante y plumas. Su tristeza se reflejaba en sus alas transparentes.

—Soy el eco de la Tristeza —susurró Azul—. Es bueno llorar a veces, porque así el corazón se siente más ligero.

El tercer personaje fue Verde, un alegre pájaro con un canto melodioso, lleno de energía.

—Yo soy la Alegría —cantó Verde—. Aquí en Emotilandia, celebro los momentos luminosos y los abrazos cálidos.

Por último, emergió Morado, una tortuguilla sabia con una expresión tranquila.

—Soy la Serenidad —dijo Morado—. En la calma puedes encontrar respuestas a las preguntas de tu corazón.

Luna miró a cada uno de ellos y sintió cómo sus corazones latían en armonía. Sin embargo, al pensar en sus propias emociones, una nube comenzó a formarse sobre su cabeza.

—¿Qué pasa? —preguntó Verde—. ¿Te sientes bien?

—No lo sé —respondió Luna—. A veces siento tantas cosas al mismo tiempo que me confundo. No sé si estoy enojada, triste, alegre o tranquila.

El Árbol de los Colores del Corazón se inclinó hacia ella y dijo:

—Vamos a jugar un juego. Cada color tiene un mensaje para ti. Cierra los ojos y, cuando sientas una emoción, abre bien tu corazón.

Primero, sintió un calor en su pecho. Era como un fuego que crecía. Abrió los ojos y vio a Rojo ante ella.

—¿Qué te enoja, Luna? —preguntó Rojo.

Luna pensó en las veces que se sentía ignorada o triste. Su voz tembló un poco, pero se atrevió a hablar.

—Me enoja cuando no me escuchan.

—Eso es bueno saberlo —dijo Rojo—. La rabia puede ayudarte a poner límites y defender lo que sientes.

Luego sintió una caída en el estómago. Era como si el océano se agitara. Azul estaba a su lado.

—A veces me siento sola —confesó Luna—. Y eso me hace querer llorar.

—Llorar es un regalo que te das a ti misma. Permítete sentir —dijo Azul, envolviendo a Luna con sus suaves alas.

A continuación, sintió una risa brotar de su corazón. Verde apareció danzando alegremente.

—¿Qué te hace sonreír, Luna? —preguntó con entusiasmo.

—Cuando juego con mis amigos en el parque —respondió Luna, iluminándose.

—Las risas son el sol que brilla en tu corazón —cantó Verde.

Por último, Luna sintió una suave brisa, como un suave abrazo de calma. Morado se acercó.

—¿Y qué sientes cuando te tomas un tiempo para ti misma? —preguntó.

—Me siento tranquila, como si todo estuviera en su lugar —admitió Luna.

—Ese momento de silencio es el puente que conecta tus emociones —dijo Morado.

Aquel día, Luna comprendió que todas las emociones que había sentido eran como una paleta llena de colores. No había una emoción mala, todas tenían su función y podían coexistir.

Cuando regresó a casa, su corazón era un lienzo vibrante de manchitas coloridas, y aunque a veces los colores se mezclaban, sabía que era parte de ser humana.

Antes de dormir, contempló el cielo estrellado y se hizo una pregunta a sí misma: «¿Qué colores ha tenido hoy mi corazón?»

Y con esa reflexión, se quedó dormida, confiada en que cada amanecer traería nuevos colores para explorar y entender.


Reflexión: ¿Cuáles son los colores que más brilla en tu corazón hoy?

#cuento terapéutico sobre el reconocimiento emocional

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