Las Nubes de Colores y el Jardín de Sentimientos

Las Nubes de Colores y el Jardín de Sentimientos

Había una vez, en un rincón mágico del mundo, un pequeño pueblo llamado Emotilandia, donde todos los días estaban pintados con las emociones de sus habitantes. En este pueblo vivía una niña llamada Lia, cuya sonrisa iluminaba hasta el día más nublado.

Un día, Lia decidió aventurarse más allá del pueblo y descubrió un increíble Jardín de Sentimientos. Las flores de este jardín eran especiales, cada una representaba una emoción diferente: las Rosas Rojas eran la Alegría, las Liliáceas Violetas simbolizaban la Tristeza y las Girasoles Amarillos representaban la Esperanza. Pero, en lo más alto del cielo, había un grupo de Nubes de Colores que danzaban, unidas por hilos de luz.

Cada nube tenía un color único y un significado especial:

  • La Nube Azul del Miedo,
  • La Nube Verde de la Confusión,
  • La Nube Roja de la Ira, y
  • La Nube Naranja de la Felicidad.

Un día, mientras Lia exploraba el jardín, se sintió un poco confundida. No sabía por qué, pero su corazón se sentía como si un libro lleno de preguntas estuviera abierto: "¿Por qué a veces me siento triste? ¿Y por qué me enojé con mamá por un pequeño error?"

Al ver su preocupación, la Nube Verde de la Confusión descendió lentamente y le habló con voz suave: "Lia, a veces las emociones pueden ser como un laberinto, pero aquí, en el Jardín de Sentimientos, podemos encontrar el camino."

Con un parpadeo mágico, Lia se encontró sentada en un columpio hecho de hojas brillantes. La Nube Verde le dijo: "Tómate un momento para mirar tus sentimientos. ¿Qué flor ves en tu corazón ahora?" Lia observó y se dio cuenta de que, en ese instante, había una Rosa Roja, pero también podía ver una Lila.

"¡Qué interesante!", pensó Lia. "Siento felicidad y un poco de tristeza."

"Exactamente", sonrió la Nube Verde. "Las flores pueden crecer juntas. Y a veces, esas nubes que ves arriba también pueden enredarse, como en un día de tormenta. Pero cuando las entendemos, podemos apreciar la claridad. ¿Quieres probarlo?"

Lia asintió con determinación y, usando su imaginación, comenzó a hablar con la Nube Azul del Miedo: "Hola, Nube Azul. ¿Por qué estás aquí?" La nube se movió suavemente, como un susurro en el viento: "Estoy aquí para recordarte que a veces, lo desconocido puede asustarnos, pero cuestionar me ayuda a desvanecerme."

Así, Lia se sentó en su columpio y comenzó a imaginar lo que le daba miedo. Hablar de ello la hizo sentir ligera. La Nube Azul se hizo cada vez más pequeña, hasta que finalmente se desvaneció en el aire.

Después, Lia se dirigió a la Nube Roja de la Ira: "Tú, a menudo apareces cuando me siento frustrada. ¿Qué me quieres enseñar?" La nube, con un brillo ardiente, le respondió: "No soy mala, Lia. A veces, me traes para que reconozcas lo que te molesta. Si me expresas en palabras y no en gritos, yo me desvanezco."

Lia reflexionó y decidió que podría hablar con mamá sobre cómo se sentía en lugar de enojarse. Con cada conversación que imaginaba, la Nube Roja se tornó menos intensa.

Antes de irse, Lia miró hacia arriba y vio que las Nubes de Colores ahora eran más suaves y luminosas. Cada emoción era importante y podía ser entendida. Se sintió agradecida por todas las flores en su jardín.

Con una sonrisa, Lia volvió a su pueblo, llevando consigo una lección: que sus sentimientos eran como un jardín que podía cuidar y entender. Si algún día llegaba a sentirse confusa, enojada o asustada, sabía que podía volver a su jardín y hablar con las Nubes de Colores.

Y así, Lia aprendió a ser amiga de sus emociones y a compartirlas con los demás. En su corazón, un pequeño jardín floreció, lleno de paz y colores.

Al final del día, mientras se preparaba para dormir, se preguntó suavemente: "¿Cuáles son hoy mis nubes y flores? ¿Qué puedo aprender de ellas?"

Y con esa pregunta en mente, se sumió en un sueño lleno de colores, lista para otro día lleno de descubrimientos en el Jardín de Sentimientos.

Fin

Recuerda siempre que tus sentimientos son parte importante de ti, y hablar de ellos puede hacer que tu jardín florezca siempre más hermoso.

#cuento terapéutico sobre la expresión de sentimientos

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