La Luz que Brilla en el Corazón de Miri

La Luz que Brilla en el Corazón de Miri

En un rincón brillante del Bosque de los Sentimientos, donde los árboles eran de colores vibrantes y las flores cantaban melodías suaves, vivía una pequeña mariposa llamada Miri. Miri era una mariposa especial porque en su corazón latía una luz dorada que la hacía brillar. Sin embargo, a veces, la luz de Miri se apagaba un poquito, y eso la hacía sentir triste y sola.

Miri tenía un pequeño amigo llamado Timón, el Hada del Silencio. Timón siempre ayudaba a las criaturas del bosque a encontrar calma en los momentos difíciles. “¿Por qué tu luz se apaga, Miri?” le preguntó un día mientras floteaba a su lado. Miri suspiró y respondió: “A veces, me siento ansiosa y no sé cómo volver a encender mi luz. Quiero ser feliz, pero el miedo me abruma”.

Timón sonrió y le dijo: “Acompáñame a conocer a mis amigos. Ellos te ayudarán a entender tus sentimientos”. Miri, con el corazón latiendo un poco más fuerte, siguió a Timón a través del bosque, donde se encontraron con varios personajes mágicos.

Primero, conocieron al Monstruo del Miedo. Este monstruo era enorme y tenía ojos tristes. “Hola, Miri”, dijo el monstruo con voz temblorosa. “Sé cómo te sientes. A veces, me siento tan grande que opaco mi propia luz”. Miri miró al monstruo y comprendió que sus miedos también eran parte de él. “¿Cómo haces para brillar a pesar de sentirte así?” le preguntó.

El Monstruo del Miedo sonrió, aunque un poco tímido, y contestó: “Cuando me siento pequeño, cierro los ojos e imagino que soy un pequeño rayo de luz. Al hacerlo, me doy cuenta de que, aunque parezca grande, en el fondo, solo soy un amigo que necesita ser entendido”.

Miri sintió que una pequeña chispa encendía su luz dorada. “Puedo intentar hacerlo”, pensó.

Luego, se encontraron con la Llama de la Rabia, quien danzaba enérgicamente, lanzando chispas. “¡Hola, mariposa! ¿Te gustaría saltar conmigo? La rabia puede ser poderosa y, a veces, devastadora. Pero si la canalizas, puede transformarse en energía creativa”, dijo la Llama. “Cuando siento rabia, vuelo, juego o dibujo. Eso me ayuda a liberar mi fuego interior”.

Miri observó cómo la Llama dejaba un rastro de luz tras de sí. “Puedo intentar soltar mis sentimientos de otra manera”, pensó Miri, sintiéndose más valiente.

Finalmente, encontraron a la Brisa de la Calma, que pasaba suave entre las hojas. “Hola, Miri. A veces, cuando la luz en tu corazón se apaga, simplemente necesitas un momento para respirar y escuchar el silencio dentro de ti”, susurró la Brisa. “Siente cómo el aire entra y sale, como un suave vaivén. Te ayudará a reconectar con tu luz”.

Miri cerró los ojos y respiró profundamente, notando cómo poco a poco su luz dorada comenzaba a brillar de nuevo. “Ya entiendo, mis sentimientos son parte de mí y puedo aprender a escucharlos en lugar de esconderlos”, pensó.

El Bosque de los Sentimientos se iluminó con el destello de Miri, quien había encontrado su luz interior. «Puedo ser valiente, libera mi rabia y buscar el silencio cuando lo necesite», se dijo a sí misma.

Cuando regresó a su hogar, la luz en su corazón nunca volvió a apagarse del todo. Miri había aprendido que sentirse triste, ansiosa o enojada era natural, y que podía transformar esos sentimientos en algo hermoso.

Con una sonrisa amplia, voló al amanecer y decidió compartir su luz con el mundo, recordando siempre que cada emoción tiene su lugar y su tiempo.

Y así, el Bosque de los Sentimientos se llenó de la luz brillante de Miri, quien había encontrado en su corazón no solo la alegría, sino también la sabiduría para comprender sus emociones.

Cierre: Miri ahora sabía que cada uno de nosotros tiene una luz especial que brilla en nuestro corazón, incluso en los días nublados. ¿Y tú? ¿Qué brilla en tu corazón hoy?

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