Había una vez, en un bosque encantado llamado Bosque de las Emociones, un pequeño jirafito llamado Gira. Gira era muy especial, pero había algo que le preocupaba: siempre sentía que necesitaba estar cerca de sus amigos, y eso a veces le hacía sentir triste y ansioso.
Gira vivía en un lugar donde todos los animales eran diferentes. Tenía un amigo, el Elefante Sabio, que siempre le contaba historias sobre el valor de ser independientes y valorarse a uno mismo. Sin embargo, Gira no entendía cómo podía lograrlo. Aunque sus amigos eran adorables, a menudo sentía que no podía vivir sin ellos y eso lo hacía sentir pequeño.
Un día, mientras paseaba bajo un cielo azul brillante, Gira se encontró con un hada luminosa llamada Lumi. Lumi podía ver la tristeza en los ojos de Gira y decidió acercarse. "Hola, querido Jirafito. ¿Por qué miras al suelo en lugar de admirar la belleza del cielo?", le preguntó con una sonrisa amable.
Gira respondió: "Me encanta estar con mis amigos, pero siento que no puedo ser feliz sin ellos. Si me alejo, temo quedarme solo". Sus palabras estaban llenas de un miedo profundo que Lumi entendía.
Lumi, con un brillo en sus ojos, le dijo: "A veces, el mayor regalo que podemos darnos es aprender a volar con nuestras propias alas, incluso si todavía son pequeñas". Gira la miró confuso y le preguntó: "¿Pero cómo puedo volar si no tengo alas?".
Con un gesto suave, Lumi lo llevó a un claro mágico donde un bello árbol cantaba en melodías suaves. "Escucha a este árbol. Cada hoja tiene una historia, cada sonido una emoción. Para volar, primero debemos escuchar lo que sentimos", explicó Lumi.
Sintiéndose curioso, Gira cerró los ojos y respiró profundamente. Escuchó los susurros del viento y las melodías del árbol, y poco a poco, comenzó a sentir sus propias emociones: el miedo, la tristeza y, por primera vez, una chispa de confianza. "Puedo sentir que hay algo en mí que quiere salir", pensó.
Lumi sonrió y le dijo: "Eso es, Gira. La clave está en descubrir quién eres en el fondo. Así aprenderás a estar contigo mismo, incluso cuando tus amigos estén lejos".
Gira decidió intentar algo nuevo. Comenzó a explorar solo, descubriendo su camino entre las flores, jugando con los rayos del sol y saludando a otros animales en el bosque. No siempre era fácil; a veces sentía nostalgia de sus amigos, pero, poco a poco, comenzó a disfrutar también de su propia compañía.
Un día, mientras paseaba, vio a sus amigos reunidos para jugar. Se sintió un poco nervioso, pero fue a saludarlos. "¡Hola, amigos! ¿Puedo unirme a ustedes?", preguntó, y se dio cuenta de que ya no tenía miedo de estar solo. Su corazón latía fuerte, pero esta vez, con alegría por estar con ellos.
Al regresar a casa esa noche, miró hacia el cielo y pensó: "Quizás no tengo alas visibles, pero he aprendido que puedo crecer de muchas maneras. Estar conmigo mismo me hace más fuerte". Y así, poco a poco, Gira se fue convirtiendo en el jirafito que sabía volar con su corazón.
Lumi apareció antes de que se durmiera y le susurró: "Cada día es una nueva oportunidad para crecer. Recuerda siempre que las alas están dentro de ti".
Gira sonrió y cerró los ojos, sintiendo que volar era también encontrar lo especial que había dentro de él.
Moraleja implícita: A veces, para crecer, primero debemos aprender a disfrutar de nosotros mismos.
Y tú, querido lector, ¿qué cosas te hacen sentir feliz cuando estás solo?
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