El Jardín de las Estrellas que Brillan por Dentro
En un rincón lejano del mundo, donde los colores danzan en el viento, existía un jardín muy especial: El Jardín de las Estrellas que Brillan por Dentro. Este mágico lugar tenía flores que iluminaban la noche con luces que parecían estrellas. Sin embargo, sólo aquellos que llevaban un brillo único en su corazón podían ver su luz.
En un pequeño pueblo cercano, vivía una niña llamada Lila. Aunque tenía una sonrisa brillante, en su interior sentía que no era lo suficientemente buena. Cada vez que trataba de mostrar su talento —ya fuera dibujar, cantar o hacer reír a sus amigos— una sombra oscura llamada “El Monstruo de la Comparación” aparecía y le susurraba: "No eres mejor que los demás. Nunca brillarás como ellos".
Un día, Lila decidió buscar ayuda y se adentró en el bosque que llevaba al Jardín de las Estrellas. Mientras caminaba, encontró a un pequeño Hada llamada Luminia, que tenía alas brillantes como los destellos de una estrella. Luminia se acercó y vio la tristeza en los ojos de Lila.
—¿Por qué tan apagada, pequeña? —preguntó el Hada, con una voz suave como el susurro del viento.
—Siento que no soy merecedora de brillar. Siempre encuentro a otros mejores que yo —respondió Lila, con una voz temblorosa.
Luminia sonrió dulcemente. —Ese monstruo que ves es solo un pensamiento, no la verdad. ¿Alguna vez has escuchado la canción de las flores?
Lila, confusa pero intrigada, negó con la cabeza. Así que Luminia guió a Lila hacia el jardín. Allí, cada flor era especial y tenía su propia melodía. Luminia empezó a bailar entre ellas, y Lila se dio cuenta de que cada flor brillaba a su manera: algunas eran grandes y coloridas, mientras que otras eran pequeñas y delicadas. ¡Pero todas eran hermosas!
—¿Ves? —dijo Luminia—. Cada flor brilla porque es única, y así también lo eres tú. La belleza no se mide comparando. La verdadera magia está en aceptarte.
Lila escuchó las canciones de las flores y sintió cómo su corazón empezaba a brillar. Cerró los ojos y se imaginó tocando una hermosa melodía. De repente, una luz cálida empezó a iluminar su interior. Fue en ese momento que entendió que no necesitaba ser como los demás; podía ser simplemente Lila.
Mientras las estrellas comenzaban a brillar en el cielo, el Monstruo de la Comparación decidió asomarse nuevamente. Pero esta vez, Lila se enfrentó a él con una sonrisa.
—¡Ya no me asustarás! —gritó. —Soy especial tal como soy, y así brillaré.
Con un grito de frustración, el Monstruo se desvaneció, dejando tras de sí un suave polvo de estrellas que iluminó el jardín.
Al regresar a su pueblo, Lila se sintió diferente. Había aprendido que su luz provenía de dentro y que compararse solo la apagaba. Empezó a mostrar sus talentos sin miedo, disfrutando de ser ella misma sin preocuparse por ser "mejor" que los demás.
Y así, el Jardín de las Estrellas que Brillan por Dentro se convirtió en un lugar en su corazón, un recordatorio de que la verdadera belleza brilla solo cuando somos auténticos.
Cierre:
Si alguna vez sientes que no eres suficiente, recuerda el Jardín de Lila y las estrellas que brillan por dentro. ¿Qué luz especial hay en ti que aún no has dejado brillar?
#cuento terapéutico sobre el sentimiento de inferioridad




