El Jardín de las Estrellas Perdidas

El Jardín de las Estrellas Perdidas

Había una vez, en un rincón olvidado del mundo, un pequeño pueblo llamado Luzina. En Luzina vivía una niña llamada Lila, que tenía un cabello tan dorado como el sol y ojos que brillaban como estrellas. Lila era alegre y curiosa, pero a veces, a veces, cuando se sentía herida o decepcionada, su corazón se llenaba de nubes grises, y se olvidaba de cómo brillar.

Un día, mientras exploraba el bosque cercano, Lila encontró un portal cubierto de flores brillantes. Al atravesarlo, se encontró en un lugar mágico llamado el Jardín de las Estrellas Perdidas. En este jardín, las estrellas que habíamos perdido se escondían entre coloridos arbustos y árboles frutales que hablaban suavemente.

Mientras caminaba por el jardín, Lila conoció a un extraño ser: el Hada del Perdón. Tenía alas de mariposa y una sonrisa que iluminaba todo a su alrededor. «Bienvenida, Lila. He estado esperando tu visita», dijo el Hada con voz suave. «Las estrellas perdidas aquí son las que hemos olvidado en nuestros corazones, pero pueden volver a brillar.»

“¿Cómo puedo ayudar a que brillen de nuevo?” preguntó Lila, sintiendo una chispa de esperanza en su interior.

«Todo comienza con la magia del perdón», explicó el Hada. “Cuando alguien nos hiere, a veces guardamos rencor, y eso apaga nuestras estrellas. Pero si sentimos y expresamos lo que llevamos dentro, podemos sanar nuestras heridas y hacer que nuestras estrellas renazcan.”

Mientras caminaban, Lila vio un árbol robusto con frutos dorados. “Este es el Árbol de los Sentimientos”, dijo el Hada. “Cada fruto representa una emoción. ¿Qué fruta deseas recoger?”

Lila miró con detenimiento y eligió una manzana roja, brillante, que parecía estar gritando su tristeza. “Elegí esta porque a veces me siento muy enojada con mis amigos”, confesó. “Me duele cuando me ignoran.”

«Puedes intentar hablarles, Lila», sugirió el Hada. “Escribe una carta. Cuéntales cómo te has sentido. El poder del perdón puede reconstruir puentes y hacer que el sol brille nuevamente.”

Al llegar al lago de la Reflexión, Lila se sentó bajo un sauce llorón y comenzó a escribir su carta. Fue difícil expresar su dolor, pero a medida que escribía, sentía que las nubes grises se dispersaban. Cuando terminó, el Hada sonrió y le dijo: «Así, has creado una estrella de luz de tus sentimientos.»

Juntas lanzaron la carta al lago, y una suave brisa sopló, llevándola a sus amigos. En ese momento, Lila vio cómo, una por una, las estrellas comenzaron a brillar entre las ramas del jardín. Eran más brillantes y hermosas que nunca.

“¿Ves, Lila?”, dijo el Hada, “el perdón no solo libera a los demás, también te libera a ti misma. Ahora tus estrellas han vuelto a brillar.”

Lila se sintió más ligera y feliz, llena de una nueva energía. Sabía que había aprendido algo importante: el perdón es una llave mágica que nos permite abrir el corazón y volver a conectar con aquellos que queremos.

Al regresar a Luzina, Lila no solo llevaba consigo una bolsa llena de estrellas brillantes, sino también la promesa de compartir su luz con quienes la rodeaban.

Y así, el Jardín de las Estrellas Perdidas quedó grabado en su corazón para siempre.

Y cada vez que alguien la hería, Lila recordaba al Hada y las manzanas del Árbol de los Sentimientos, eligiendo la magia del perdón sobre la tristeza.

Cierre:
Si alguna vez te sientes triste o herido, piensa en Lila y en cómo su corazón se llenó de estrellas. ¿Qué fruta recogerías tú en tu propio Jardín de las Estrellas Perdidas?

#cuento terapéutico sobre el perdón

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